Hoy vamos a hablar en este blog de la audición y de sus condicionantes. Deténgase a piense un momento. ¿Conoce a alguna persona que no oiga bien? Podría ser alguien que siempre necesita que le repitan las cosas. ¿USTED necesita que le repitan las cosas? ¿Ha pensado alguna vez que la gente habla “entre dientes” o que habla demasiado bajo? ¿Se dice para sus adentros: «le escucho, pero no entiendo todas las palabras?» ¿Le han acusado alguna vez de oír sólo lo que quiere? Si le ha ocurrido algo de esto, en realidad tiene un problema de audición. Nosotros estamos para ayudarle. En España, hay 4.6 millones de personas con pérdida de audición, y sabemos que aumenta con la edad. De hecho, las dos causas más comunes de la pérdida auditiva son el envejecimiento y la exposición al ruido. Casi todo lo que hacemos en nuestra vida diaria tiene que ver con la comunicación. Se ha dicho que «La comunicación humana es acción; es cultura, es la historia de la humanidad, es la base de todas las sociedades y su ausencia niega la existencia de la humanidad».
Hace tan sólo unos años, la creencia popular era que los audífonos no podían ayudar a las personas con una pérdida auditiva neurosensorial (antes conocida como de «tipo nervioso») que se produce, por ejemplo, por el envejecimiento o la exposición al ruido. Lo cierto es que los audífonos ayudan a las personas con una pérdida auditiva neurosensorial. También hay un gran número de personas que padece una pérdida auditiva que puede tratarse médicamente, por ejemplo, las debidas a una infección de oído. A veces, el tratamiento médico no es capaz de solucionar el problema conductivo, pero los audífonos le ayudarán. ¿Es usted de las personas que necesitan audífonos pero no los utiliza? La pérdida auditiva es una minusvalía oculta. No hay indicios visibles que indiquen su presencia. En muchos casos, la aparición de la pérdida auditiva es tan gradual que puede pasar desapercibida durante años. Una vez que se reconoce la existencia de esta pérdida, ¿adónde hay que acudir para recibir ayuda?
Una vez que una persona o algún familiar se da cuenta de que no oye como debería, es posible que se encuentre confusa y que no sepa dónde puede obtener ayuda. Lo ideal una vez descartadas posibles patologías es acudir a un centro auditivo de confianza donde le asesorarán sobre el mejor audífono, no el más caro, que es lo que suelen hacer algunos centros de audiología que todos conocemos, y al que suelen enviar algunos otorrinos a ponerse los audífonos, hemos visto a pacientes que han salido de Rioja Salud, aquí en Logroño, con la tarjeta de dicho centro auditivo grapada en su historia, eso es dicotomía, hay pacientes que se ven en la obligación de acudir donde les ha dicho su otorrino y otros que no consienten esa práctica y nos manifiestan su queja.
Está en sus manos emprender el camino hacia una mejor audición. Hoy en día disponemos de audífonos muy pequeños, con gran calidad de audición, pagos aplazados para que no desvirtúen su economía, nosotros estamos para ayudarle, para que no se pierda los mejores momentos de la vida.