La miopía es el principal defecto refractivo en todo el mundo. Afectando en Europa al 25% de la población y al 45% de las personas con estudios superiores.
Los datos epidemiológicos relacionan la miopía con una gama de patologías oculares cómo glaucoma, desprendimiento de retina o maculopatía. Los riesgos asociados están relacionados con la cantidad de error refractivo. Aumentado exponencialmente a partir de -5.00 Dioptrías. Esto pone de relieve los beneficios potenciales de las intervenciones que pueden limitar o prevenir la progresión de la miopía en niños.
La comprensión de los procesos que guían el ojo hacia la emetropía está cada vez más avanzada, en parte debida a los estudios en animales. La investigación en primates ha demostrado que las señales visuales de la fóvea no son esenciales para el proceso de crecimiento ocular y que este es dependiente de la imagen. En concreto, la periferia, de modo aislado, puede mediar el desarrollo normal de la refracción y cuando hay un conflicto entre las señales visuales de la fóvea y la periferia, las periféricas dominan a las centrales en el desarrollo de refracción. Ensayos clínicos recientes realizados con lentes de contacto de ortoqueratología y multifocales han demostrado que inducen un menor crecimiento del ojo y por ende un freno en el aumento de la miopía. De hecho, estas lentes, al igual que la lentilla Amiopik modifican la imagen periférica de la retina, adelantándola especialmente hacia el interior.
La lente de contacto Amiopik, es el resultado de los esfuerzos de investigación que han llevado a diseñar, patentar y validar la óptica de la lente de contacto de gradiente de potencia (Amiopik), tanto en material hidrofílico cómo Gas Permeable. Es un diseño único e innovador, con una zona óptica progresiva continua, diseñada para obtener un cambio de refracción periférica gradual. El uso de una lente de contacto, como elemento óptico terapéutico, ha sido elegido debido a su estabilidad visual y la alineación con el eje visual durante los movimientos de los ojos.
La lente Amiopik ha mostrado después de 2 años de estudio longitudinal una ralentización del aumento del error refractivo del 43% en comparación con un grupo de niños usuarios de gafas. Además la lente Amiopik no mostró diferencias en el control de la miopía con respecto un grupo control de ortoqueratología. Siendo esta última técnica, la considerada hasta la fecha la más efectiva en el control de la miopía en niños.